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El cambio climático está provocando un profundo impacto en nuestros océanos y en la vida marina. Sus efectos están alterando la distribución de las poblaciones de peces y de sus alimentos.

Actualmente, para mantener nuestros océanos sanos y llenos de peces para el futuro, es primordial equilibrar las prioridades económicas y ambientales, y solamente podemos hacerlo pescando de forma sostenible.

¿Cómo afecta el cambio climático a nuestros océanos y a la vida en el mar?

Un 93%

del calor acumulado en la atmósfera de la Tierra es absorbido por los océanos.

Los océanos juegan un papel primordial en la dinámica climática al ser capaces de absorber el 93% del calor que se acumula en la atmósfera de la Tierra y una cuarta parte del dióxido de carbono (CO2) que liberan los combustibles fósiles. Entre los efectos que el cambio climático provoca sobre nuestros océanos se incluyen: cambios bruscos de temperatura, acidificación y desoxigenación de la aguas y desviaciones en las corrientes oceánicas.

 

Dada su importancia para el planeta, es vital que gestionemos nuestros océanos de un modo sostenible. Los cambios en el océano se traducen en alteraciones para las poblaciones de peces. La gestión sostenible de la pesca exige adaptarse a todo lo que el cambio climático traiga consigo.

En los últimos 30 años, se estima que el número de olas de calor marinas se ha incrementado en más de un 50%. Se prevé que para 2100, la temperatura de los océanos se incremente de 1 a 4°C en todo el planeta.

Estos cambios están afectando a la vida en el mar. Las subidas repentinas de temperatura y la acidificación pueden provocar la desaparición de especies y hábitats marinos. Las desviaciones de las corrientes oceánicas y el calentamiento de sus aguas están alterando la distribución de las poblaciones de peces y la estructura de los ecosistemas.

¿Cómo afecta el cambio climático a la pesca?

El cambio climático es una amenaza para las poblaciones de peces, pero también brinda nuevas oportunidades para la pesca.

En ciertas zonas de los trópicos vaticinan un descenso de hasta el 40%, en las capturas previstas para 2050.

En cambio, en latitudes superiores, tales como en el norte del Atlántico y del Pacífico, hay poblaciones de determinadas especies que están creciendo.

Estos cambios traen retos consigo. Para poder seguir pescando de forma sostenible deben adoptarse nuevas maneras de pescar. A la industria pesquera y a las autoridades les es difícil llegar a un acuerdo sobre cuál es la mejor forma de gestionar unas poblaciones de peces tan variables, en particular porque se desplazan entre fronteras y deben reducir considerablemente sus capturas.

Si el cambio climático afecta a los peces ¿puedo seguir comiendo pescado?

De 1 a 5 kg

de carbono se producen por kilo de pescado salvaje.

Sí. Pero procura elegir pescados y mariscos que lleven el sello de MSC. Las pesquerías con certificación de MSC están bien gestionadas y mejor preparadas ante los cambios medioambientales. Estas pesquerías respetan las actuales recomendaciones científicas para garantizar que están pescando de forma sostenible.

El pescado salvaje es un alimento con bajos niveles de carbono 

Otra buena noticia es que el impacto de la pesca sobre el clima es menor que el que provoca obtener cualquier otra proteína. Según un estudio de las emisiones de gas invernadero que la pesca extractiva produce (en inglés), por cada kilo de pescado se generan entre uno y cinco kilos de carbono. En cambio, se estima que por cada kilo producido de carne roja se generan de 50 a 750 kilos de carbono

Existen también pruebas de que cuando la pesca sostenible es más eficiente se ayuda a reducir las emisiones de carbono. Por ejemplo, al incrementar las pesquerías de Islandia sus capturas, las salidas de sus barcos ahora son más cortas, reduciendo así su consumo de combustible y las emisiones de carbono.

¿Cómo hacen frente las pesquerías sostenibles al cambio climático?

Las pesquerías sostenibles que cumplen con el Estándar para la pesca sostenible de MSC están bien gestionadas y mejor preparadas para el cambio climático.

Cuentan con sistemas de vigilancia y de gestión eficientes que reducen su impacto sobre el medioambiente y capturan solo lo que es sostenible. Asimismo, siguiendo diversas recomendaciones científicas, poseen planes previamente acordados para actuar ante cualquier cambio medioambiental previsible

Estas pesquerías demuestran que es posible equilibrar las prioridades económicas y ambientales para proteger nuestros océanos y el abastecimiento de productos pesqueros.

¿Qué ocurre si una pesquería tiene dificultades para adaptarse al cambio climático?

Como el cambio climático puede afectar a las poblaciones de peces de forma inesperada, hasta las pesquerías con certificación de MSC pueden sufrir problemas.

A continuación, presentamos dos ejemplos de poblaciones de peces que se han visto afectadas por el cambio climático:

La caballa del Atlántico Nororiental

Las poblaciones de caballa en el Atlántico han venido sufriendo un cambio acelerado desde 2007. Se han ido trasladando hacia el norte a medida que subía la temperatura del mar.

Dicho cambio ha provocado diversas disputas en torno al reparto de los recursos pesqueros entre los estados costeros. No hay acuerdo sobre cómo deben gestionarse las poblaciones de peces cuando estas cruzan las fronteras geopolíticas.

Al no haber dado con una solución para las disputas surgidas, en marzo de 2019 se suspendió la certificación de MSC de la pesquería de caballa del Atlántico Nororiental. Esta suspensión afecta a las operaciones de diversas pesquerías en ocho países.

Las pesquerías de caballa se han comprometido a presentar una estrategia de captura eficiente para mediados de 2020. MSC, por su parte, está trabajando con sus colaboradores para apoyar sus esfuerzos y encontrar una solución a las disputas.

El bacalao del mar del Norte

El reciente descenso de las poblaciones de bacalao del mar del Norte ha sido atribuido, en parte, al cambio climático que ha provocado que sean menos los ejemplares de bacalao jóvenes que alcanzan la madurez y, al haber menos ejemplares adultos, se hace más difícil la pesca sostenible de las poblaciones de bacalao. Es por esta razón que en septiembre de 2019 se suspendió la certificación de MSC de las pesquerías de bacalao del mar del Norte.

La respuesta de las pesquerías, a esta triste noticia, ha sido comprometerse a adoptar una serie de medidas para recuperar las poblaciones de bacalao a lo largo de los próximos cinco años.

¿Qué más puede hacerse para proteger a las poblaciones de peces?

Los gestores de las pesquerías deben adoptar unos planteamientos más preventivos que garanticen que haya poblaciones de peces en el futuro. Pero la gestión eficiente de las pesquerías requiere también de una mayor cooperación internacional entre los gobiernos. Para muchos países, equilibrar sus intereses económicos con los medioambientales, supone un reto muy importante.

También se han logrado avances, por ejemplo, en julio de 2015 los delegados de Canadá, Dinamarca (para Groenlandia y las islas Feroe), Noruega, Rusia y Estados Unidos firmaron un acuerdo para prevenir la pesca comercial no regulada en alta mar en el océano Ártico Central, (en inglés).

La industria pesquera debe adaptarse a las graves consecuencias del cambio climático.

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