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Situado frente a las costas de Noruega y Rusia, el mar de Barents es una de las regiones pesqueras más productivas y de mayor importancia económica del mundo.

Las poblaciones de bacalao y eglefino que habitan el Ártico nororiental están prosperando. La biomasa de la población de bacalao se encuentra en máximos históricos, estimándose en 2 millones de toneladas para la región, pero esto no siempre ha sido así. Durante la década de 1980 a 1990 la población no llegaba al medio millón de toneladas y existía preocupación por su futuro. Gracias a unas condiciones medioambientales favorables y a una buena gestión, muchas pesquerías de la región han obtenido la certificación MSC durante la década pasada.

Un enfoque colaborativo

Antes de la certificación MSC, Sustainable Fisheries Partnership puso en marcha un proyecto de mejora de pesquerías (FIP, por sus siglas en inglés). Colaborando con compradores de productos del mar, gobiernos y otras partes interesadas, dicho FIP contribuyó a que las pesquerías abordaran la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).

La colaboración internacional es fundamental también para la sostenibilidad de estas pesquerías y su gestión se supervisa a través de la Comisión de Pesca establecida conjuntamente entre Noruega y Rusia.

Ciencia y sostenibilidad

Desde 2010, más del 85% de las pesquerías rusas de bacalao y eglefino han obtenido la certificación MSC. Dichas pesquerías certificadas continúan trabajando en colaboración con científicos del gobierno y ONG en la reducción del impacto de sus artes de pesca sobre los hábitats del lecho marino.

A través de la recogida de datos sobre capturas incidentales, las pesquerías están contribuyendo a identificar aquellas zonas que podrían beneficiarse de vedas voluntarias. Asimismo, las pesquerías colaboran con el Instituto de Investigación Polar de Oceanografía y Pesca Marina, que desarrolla un arte de pesca que reduce el impacto sobre el lecho marino.

El bacalao en un clima cambiante

El aumento reciente de la biomasa del bacalao no es debido únicamente a una buena gestión, los efectos del clima han desempeñado un papel también. El aumento de la temperatura ha sido beneficioso para el bacalao del Ártico nororiental y ha permitido un incremento en el número de ejemplares adultos.
A flock of gulls flying over the Barents Sea